Entre “Lolita”, la de Hacienda y, no pocos causantes, la pelea siempre será eterna, pues mientras la primera busca y quiere que todos paguen impuestos por lo que reciben en operaciones mercantiles, honorarios, compra-ventas de bienes e inmuebles, prestación de servicios, por ventas en general, etc., los últimos recurren a todo recoveco de la Ley Hacendaría o a triquiñuelas para evadir el pago de contribuciones.
Mi Columna
Duro con los evasores
Por Carlos Robles Nava
Entre “Lolita”, la de Hacienda y, no pocos causantes, la pelea siempre será eterna, pues mientras la primera busca y quiere que todos paguen impuestos por lo que reciben en operaciones mercantiles, honorarios, compra-ventas de bienes e inmuebles, prestación de servicios, por ventas en general, etc., los últimos recurren a todo recoveco de la Ley Hacendaría o a triquiñuelas para evadir el pago de contribuciones.
Caso concreto lo es en la actualidad, la modalidad del sistema electrónico, pues no faltan muchos que lo toman como una ventajosa “protección” para dizque mandar la factura más tarde o al día siguiente, sin que esto suceda en ningún tiempo, evadiendo la entrega personalmente de la factura, con el pretexto o excusa de que será enviada al correo electrónico que se proporcione.
La ley hacendaría en ninguna de sus partes establece que el envío o entrega sea exclusivamente de manera “electrónica”, sino la reglamentación es clara y precisa al establecer que al causante se le entregue de inmediato la factura, y ADEMÁS, se envíe al correo electrónico.
El anterior es justo el sistema fiscal establecido por Lolita, que a través del Servicio de Administración Tributaria, SAT, publica un aviso en su portal advirtiendo a los contribuyentes que eso de condicionar entregar en persona la o las facturas porque la o las enviará internet, es una práctica fiscal indebida e improcedente, utilizada para regatear el justo pago de contribuciones.
Recalca el SAT que es indebido condicionar que “a través de sus establecimientos, sucursales, puntos de venta o páginas electrónicas, se enviará la factura”, cuando que debe cumplir con remitir el comprobante fiscal al SAT o al proveedor de certificación de comprobantes fiscales digitales por internet para su debida certificación.
Aquellos causantes que están incurriendo en la improcedente forma de extender sus facturas violando la Ley Fiscal, “no están cumpliendo con su obligación de expedir el comprobante fiscal ni tampoco con su remisión al SAT o al proveedor de comprobantes fiscales digitales por internet.
Por lo pronto, ha quedado bien establecido por el SAT que son simples pretextos de algunos contribuyentes para evadir el pago del impuesto de la operación comercial realizada o el pago o cobro de servicios prestados, etc.
Esto mismo sucedió hace años atrás cuando se creo el famoso Registro Federal de Causantes, los primeros años y más en sus meses iniciales del RFC, fueron muchos los sufrimientos de infinidad de causantes para que les entregaran la factura.
Entre el pretexto más usual fue el que el vendedor ponía de condición para dar una factura, el que se le entregara una copia del RFC, lo mismo con la caratula principal que el reverso.
Muchos fueron las víctimas de esos contribuyentes vivales para no regresar el IVA y reducir el monto de sus ventas, consiguiendo con esa artimaña y falsa condición de que tenía que entregarse copia del RFC.
Lamentablemente, el SAT y en general nuestras autoridades hacendarías, responden y despiertan siempre tarde al clamor y denuncias públicas de aquellos contribuyentes que pedían una factura y les era negada por falta de una simple copia.
Justo es lo que hasta ahora sigue imperando, cerrando los ojos Lolita a través del SAT, cuando un comprador no recibe la factura a que tiene derecho y acude a las oficinas de Hacienda y en ese lugar se desligan con una simple frase: Acuda a PROFECO y presente su denuncia.
Supuestamente, PROFECO fue creado para atender quejas sobre la inconformidad del consumo en el servicio que recibió y es de entenderse que el SAT y “Doña Dolores” o sea Lolita, está para atender las denuncias o quejas de los abusos e incumplimientos del comerciante, vendedor o contribuyente en otros giros.
La realidad es que Hacienda no cuenta con personal suficiente ni siquiera para atender a su “clientela” o sean los causantes en sus propias oficinas., dejando esa responsabilidad a nivel nacional a los Estados mediante convenios de “Coordinación” que no es otra cosa que “tú Estado cobra por mí” y por cada peso el Estado recibe míseros centavitos que no cubren el sueldo del supervisor o inspector comisionado para localizar a los evasores, esto al margen del gasto de gasolina, tiempo, etc.(www.intersip.org)