Los mexicanos y me refiero en particular a nosotros los coahuitlecas, somos novedosos e imitadores de todo y para todo, aunque en la mayoría de las cosas, se ignora la razón y el por qué se creó tal o cual cuerpo de seguridad, organismos e institución.
Mi Columna
La policía de qué….
Por Carlos Robles Nava
Los mexicanos y me refiero en particular a nosotros los coahuitlecas, somos novedosos e imitadores de todo y para todo, aunque en la mayoría de las cosas, se ignora la razón y el por qué se creó tal o cual cuerpo de seguridad, organismos e institución.
Hace pocos meses, en Saltillo surgió el rimbombante nombre de Policía de Proximidad e inclusive en los uniformes que se da a quienes pertenecen al cuerpo de seguridad, al menos de la policía preventiva municipal, se presume en la parte alta de las mangas de las camisas entregadas a los miembros del cuerpo municipal de seguridad, la frase de “Policía de Proximidad”.
En verdad y disculpen mi ignorancia, además de mi decidía y flojera de pregunta porque “Proximidad”, aunque quiero entenderlo que es porque se pretende, se dice y alardea de que se trata de una policía cada vez más próxima a la ciudadanía.
Es probable y sería lo más razonable, aunque sigo sin entender de que proximidad hablan las autoridades, pues al menos en un término menor a las 48 horas, en pleno centro “histórico” de Saltillo, la semana pasada recién terminada, hubo no menos de tres a cuatro hechos delictivos sin que haya aparecido por ningún lado ni parte, la “proximidad” de la Policía destinada exclusivamente para este sector más que histórico, comercial y el más concurrido por los saltillenses que pueden abastecerse de todo y para todo.
Se supone, al menos es lo que se dice que ese cuarto especial asignado al Centro Histórico o primer cuadro de la ciudad, debe vigilar las 24 horas, es decir, de día, noche y madrugada, resultando que en esas pocas menos de 72 horas hubo una artera agresión de un joven que por un disparo en pleno rostro y conduciendo su coche por una de las principales arteria del primer cuadro, fue baleado por unas personas que huyeron. Esto en la calle de Victoria, eje principal del Centro Histórico.
Después dentro de esas 72 horas, a plena mañana, algo así como las once de la mañana, el miércoles de la semana mencionada, también por la de Victoria tres mujeres y un joven, a lo largo de dos a tres cuadras, a grito abierto y con boca peor que verduleras una de las mujeres, por cierto jóvenes y la que iba vestida con una camiseta blanca venía vociferando y mentando madres a diestra y siniestra a otra joven que acompañada por una adulta llevaba esta última en sus brazos a un pequeño.
La “chaparrita” de playera blanca, repetida e insistentemente pretendía golpear a la otra chavala joven, metiéndose entre ambas, es decir la agresora y la que venía aguantando todos los recordatorios habidos y por haber, mediando para evitar que las cosas fuesen a mayores el joven al parecer familiar cercano o pareja de la mujer tapizada de insultos y palabras obscenas de todo tipo.
Un tercer caso, esto el viernes de la semana indicada, igual a mediodía, los tripulantes de dos coches también por la famosa la de Victoria, pusieron en peligro de atropellamiento a decenas de peatones de ese sector cuando uno de los conductores cerraba el paso a otro que en todo momento lo esquivó y para conseguirlo hasta se trepó a plena banqueta con un vocho para escapar de sus agresores, poniendo en peligro a no pocos transeúntes que estuvieron a punto de ser arrollados.
En el primer caso, en el segundo ni tampoco en el tercero, la llamada Policía de Proximidad no apareció en ningún momento, probablemente porque no fue en las cercanías o proximidad donde se encuentran sus oficinas, allá a espaldas del nuevo mercado en el meritito centro de Saltillo, por la calle Pérez Treviño.
¿ Nos estamos acostumbrando a una vivencia con violencia, expuesta a toda clase de peligro o será que se reafirma y reconfirma nuestra propia convicción de que el problema de Saltillo, como lo es de otras ciudades importantes de la Entidad, es que no se cuenta con suficientes guardianes del orden, siendo lo peor que tampoco hay los recursos económicos para aumentar y fortalecer a nuestros cuerpos municipales de seguridad?. (www.intersip.org)
