OPINIÓN
Por Guillermo Robles Ramírez
Están como “Papá Noel”
A tan solo unos cuantos días para que venza el plazo de unificar un solo cuerpo policíaco con el “Mando Único”, en nuestra entidad todavía existen dudas de algunos municipios para unirse a ello con el riesgo de que para el próximo año, es decir, iniciando el 2016 dejarán de recibir el recurso federal para la seguridad.
Y aunque no es un tema nuevo porque este proyecto viene como propuesta desde la administración “calderonista”, y desde entonces hay opiniones diferentes en donde consideran que esto es como regresar al sentido federalista y una derrota al tema de la seguridad por parte de los municipios del país.
Pero el tema de seguridad es tan antaño en la sociedad mexicana que cada vez es vista en el sentido figurado como “Papá Noel”, todos hablan de él, pero la realidad es que no existe, y lo mismo con la seguridad en donde las funciones de este dependen más de las acciones del Estado con ayuda de la federación teniendo que hacer muchas de las veces labores de la policía preventiva.
No hace falta mucha explicación al tema del por qué, sino solamente basta con leer los diarios nacionales y locales haciendo de ambas dependencias, es decir, estatales y federales como autoridades necesarias con mucha dependencia a las instituciones de seguridad para hacer posible esa sensación de ligera sensación de seguridad entre la población.
Muchas de las veces no son suficiente con ver un policía para sentirse seguro, pues su imagen ya está demasiada deteriorada generando todo lo contrario ante cualquier ciudadano, es decir, la población ya no lo ve con los mismos ojos sino todo lo contrario, como parte de la cadena de delincuentes o copartícipes de las ratas de dos patas, pero con una placa de inmunidad y licencia para cometer actos ilícitos de una manera desvergonzada y descaradamente.
Gran parte de la sociedad empiezan asimilar las funciones de la policía preventiva en una especie de comprensión ante el peligro que muchos de ellos son amenazados, con sueldos insuficientes o simplemente las pocas garantías que tienen para su integridad y amenazas a lo que pueden ser objeto para sus familiares, aunado a la poca pensión que recibirán las futuras viudas.
Aceptación de la misma ciudadanía ante la impotencia de no saber qué hacer, y ante la frustración que las mismas autoridades no han sabido cómo resolver más que con depuración de malos elementos, que no representan una garantía para la gente porque aunque los nuevos elementos policíacos aprueben el examen de confiabilidad quedando la ética profesional ahí; plasmado en un papel y exámenes dentro de las instituciones policíacas, porque una vez que se encuentran dentro sus funciones públicas como servidores del orden, se convierten en todo lo contrario.
Los directores de la policía municipal de las diferentes cabeceras municipales del país, en su mayor parte llegan a sus cargos sin la mínima base para ejercer su encomienda y apoyados por amistades que les sirvieron de escalón para llegar a ocupar los escritorios que actualmente les sirven de escudo para estar al frente de las corporaciones municipales.
Ingenieros, abogados, contadores de profesión, algunos taqueros de vocación, exmilitares y comerciantes de remuneración, fueron asignados a la Dirección de Policía en algunos municipios de la entidad, así como el resto del país o simplemente se desconoce de algunos de ellos su pasado, su historial que acrediten el realizar bien sus funciones para estar al frente de una institución de seguridad pública municipal.
Misma situación que incrementa una postura incómoda y tensa entre los mismos elementos policíacos que viven en el temor constante de no poder actuar en contra de los delincuentes de afuera y dentro de la misma institución, quejándose de sus superiores por las bajas injustificadas o castigados.
Por muchos recursos que se le inyecte en equipamiento o tecnología, la falta de experiencia de los directivos o de una buena planeación estratégica para acabar primeramente con los vicios internos, que existen dentro de éstos corporativos siempre será dinero, y esfuerzos echados a la basura teniendo como resultado final el sentir o repudio de la ciudad ante los policías preventivos municipales. Por lo tanto, la gente cada vez recurre más al auxilio de los elementos estatales y federales, pero sobre todo al Ejército Mexicano cuya imagen es intachable conservando todavía la confiabilidad no solo de adultos y jóvenes sino también de muchos pequeñines.
Ante la innegable realidad de los hechos en donde una sociedad ya no confía en los policías preventivos, sacándoles la vuelta por temor y a la desconfianza que inspiran, se ha sembrado la semilla de una ciudadanía con resentimiento e impotencia ante éstos elementos de seguridad pública; borrando cada día la imagen que tuvieron alguna vez como buenos servidores públicos, es decir, dejaron de creer en ellos como aquel niño que por mucho tiempo creyó en la imagen de “Papá Noel”, pero llegó un día en dónde se dieron cuenta tristemente de que no existe. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013 ) www.intersip.org