Mi Columna
Pasa el tiempo y nada
Por Carlos Robles Nava
Los concesionarios del transporte público urbano de pasajeros, están acostumbrados a comprometerse, ofrecer y pactar, pero nunca a cumplir, al menos ha sido ese su identidad en los últimos 50 años y particularmente en los municipios de mayor población de Coahuila como son Torreón y Saltillo.
Cuando no es una cosa es otra, pero a final de cuentas, el bien llamado “pulpo camionero” siempre sale con la suya, es decir, tienen experiencia para aplicar la táctica del pato cuando se reúnen con las autoridades locales para tomar acuerdos sobre la modernización del transporte o bien para tratar incrementos en las tarifas, aferrándose a la política del pato que es escuchar y decir a todo sí y luego hacerse los desentendidos para no sujetarse a lo convenido en esas largas reuniones.
En el pasado, los concesionarios lograban todo porque unidos en una sola organización, atemorizaban a las autoridades de esas épocas con paralizar el servicio o bien, la tonta e incrédula promesa de que si se aceptaban sus condiciones del pliego de sus peticiones, la inmensa familia del transporte público urbano votaría por el PRI en los comicios que se avecinaban.
Con el tiempo, particularmente por el crecimiento de las ciudades coahuilenses, se fueron ampliando las rutas de pasajeros y con ello, la diversidad de los sindicatos, uniones u organismos que agrupaban a las nuevas líneas, lo que de alguna manera fue permitiendo a las autoridades locales de los últimos años a negociar con las distintas agrupaciones que fue precisamente en el pasado proyecto Saltibús que más tardó en integrarse y ponerse parcialmente en servicio que en desmoronarse lo que se pretendía sería un bien para los usuarios saltillenses, pero en particular, dotar a esta capital de un transporte ejemplo en el Norte de la República.
En un nuevo intento por convencer a los transportistas en aceptar el plan de modernización que contempla una serie de cambios radicales en rutas, en unidades presentables y sobre todo seguras, se busca mejorar el servicio.
La compra de las nuevas unidades, al igual que las tarifas, las rutas troncales y en fin, fue acordado de común acuerdo entre autoridades locales y concesionarios.
Sin embargo, como en otras intentonas, el proyecto se “empantano”, pues hubo dos que tres reuniones y todo quedo en simples declaracionitis periodísticas, pero hasta el momento sigue estancado.
La ilusión y sueño de los usuarios Saltillenses, por enésima ocasión queda en eso, en un sueño e ilusión, para seguir las acostumbradas unidades viejas e inseguras, como también los choferes improvisados y mal educados.
Los transportistas vuelven, lamentablemente a su tradicional costumbre de salir con la suya, dejando plantadas a las autoridades y viendo la posibilidad de sacar partido a la disponibilidad de las autoridades locales en búsqueda de mejorar el servicio de transporte.
Los caprichos y condiciones del “pulpo camionero” siempre se impondrán, mientras a las autoridades locales las “midan” los transportistas cuya habilidad para salir siempre con la suya, cada vez es mejor y mayor.
Por lo pronto, hay que esperar hasta cuándo se deciden los concesionarios a dar un mejor servicio a los saltillenses.
Por ahora, todo queda en simples intentos. ¿Hasta cuándo? (www.intersip.org)