Mi Columna
Todos son culpables
Por Carlos Robles Nava
La historia del engaño se repite una vez más en Saltillo, Coahuila, aunque no es ajena a otros municipios de la Entidad y es precisamente lo que están ahora enfrentando quienes compraron sus viviendas en el fraccionamiento “Portal de Aragón”, a quienes nadie les dijo, pero tampoco en su calidad de compradores pidieron información a las autoridades respectivas.
Resulta que la empresa fraccionadora de “Portal de Aragón” se dividirá en dos al no solo confirmarse sino reiterarse que por la parte media de ese sector pasará un bulevar cuya intensidad en el tráfico vehicular será intenso.
Para esas familias que ahora se dicen “estafadas” llegó a su fin meses de placentera tranquilidad, pues el gobierno estatal ha repetido hasta el cansancio que la ampliación del bulevar que lleva el nombre de José María Rodríguez, es un hecho y no hay vuelta para atrás.
Similar pesadilla vivieron en el pasado las familias que compraron terrenos o casas en lo que ahora es bulevar Pedro Figueroa, quienes por ignorancia tampoco recurrieron a información a las dependencias respectivas y encargadas de otorgar los permisos de fraccionar para hacer sectores habitacionales sobre lo que tarde o temprano serán arterias de alto e intenso tráfico.
Sería de gran beneficio que tan pronto se otorguen los permisos de construir viviendas en situaciones similares a las que tuvieron los de “Real de Peña” y ahora enfrentan ya los de “Portal de Aragón”, mucho ayudaría que los responsables de Desarrollo Urbano y Obras Públicas del Municipio, proporcionen información sobre tipo de arterias que habrán de cruzar esos nuevos fraccionamientos y así los compradores no se sentirán defraudados o engañados.
La otra alternativa es que tan pronto como esas autoridades aprueben la creación de nuevos fraccionamiento, se den a conocer si por estos asentamientos poblacionales cruzaran arterias de intensa circulación.
Los vendedores de terrenos y viviendas no dejarán de hacer negocio y son los más interesados de no divulgar si por esas áreas cruzarán arterias con alta incidencia vehicular, aunque la responsabilidad es de todos, pues quien compra está obligado a acudir para ser informado por Desarrollo Urbano u Obras Públicas locales según la comunidad de que se trate.
La idiosincrasia mexicana es natural al dejar a un lado información que nos evitará problemas graves y en general procuramos echar la culpa a todos, menos a nosotros mismos por la carencia de cultura de velar por nuestro propio patrimonio, cuando todo depende de requerir simple información.
Otra de las opciones sería que en los contratos de compra-venta sean terrenos o viviendas, se especifique con letras mayúsculas la creación de nuevos bulevares o calzadas que serán un impedimento para contar con seguridad y tranquilidad.
Es inverosímil que al menos en el caso de Saltillo, la Dirección Local de Desarrollo Urbano, no haya alertado a los compradores de Portal de Aragón, sobre todo porque no es el primer caso que se presenta, cuando debió haber exigido a los vendedores de ese fraccionamiento a advertir o señalar a sus compradores que habría bulevares o calzadas para conectar a ese sector con otro.
¿Será que hay complicidad?, porque no se explica de otra manera. (www.intersip.org)