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Carlos Robles

No es la ley, sino

Mi Columna

No es  la ley, sino

Por Carlos Robles Nava

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Podrán crearse muchas leyes y reglamentos, pero mientras no se actúe, es decir, sancionen a quienes violen esas reglas, las cosas seguirán igual o peor que antes.

La incidencia de ataques de perros no solo callejeros, sino también de los que se mantienen en perreras particulares o en los hogares de sus propietarios, ha obligado a nuestros legisladores mexicanos y en caso específico a los diputados federales a crear y aprobar reformas en ciertas leyes como sucedió en caso reciente para considerar como delito, lo mismo que aplicar multas y otras medidas correctivas a los dueños de canes que entrenen a éstos a peleas.

De acuerdo a las reformas hechas al artículo 419 bis del Código Penal Federal se establecieron multas que van de 200 a dos mil salarios mínimos de multa y dependiendo de la gravedad del delito, cárcel por seis meses y hasta cinco años al dueño de cualesquier raza de perro que se compruebe que lo ha adiestrado para competir en riñas entre estos animales.

Se incluye en este delito a aquellas personas que promuevan, patrocinen, vendan entradas u organicen eventos de pelea de perros y también si son poseedores o administran la propiedad en donde se realicen estos “eventos”.

Igual serán castigados aquellos que permitan el acceso a menores de edad, como a los que los realicen con fines lucrativos.

Por otro lado, cuando en este tipo de delito se involucre un funcionario de los diferentes niveles, las mismas sanciones ya citadas aumentarán hasta en una mitad y se impondrá un tercio de la pena a espectadores o asistentes a peleas de perros.

Con estas reformas, México se suma a países como Suiza, Estados Unidos, Chile y otros que cuentan con sanciones específicas para las personas que se dediquen a esta inhumana  cruel actividad como lo es y será siempre entrenar perros para lucrar en peleas entre otros canes.

El diputado, Álvaro Ibarra Hinojosa, Presidente de la Comisión de Justicia de la Cámara de Diputados Federales, opinó acertadamente sobre el tema, señalando que una de las prácticas más deplorables de un ser humano es la violencia hacia otro ser vivo que por sus propias características está en desventaja, es decir, indefenso.

Es elogiable que los legisladores federales participen en temas que flagelan a la sociedad, sobre todo en Entidad como lo es en Coahuila en donde el problema existe desde hace años al grado de que para su realización se ha instituido una complicidad entre los organizadores y los grupos policiales, hecho que es conocido por los pobladores.

Generalmente estos “horrendos” espectáculos se realizan en sectores apartados de las manchas urbanas para evadir a la policía y se trata de personas conocidas e identificadas por los mismos habitantes de esos sectores.

Las peleas entre perros, por desgracia en Coahuila y preferentemente en Saltillo, Torreón y Monclova, se hicieron por más conocidas entre los adeptos ven cómo dos animales pelean por su vida, mientras los espectadores disfrutan el inhumano “espectáculo” bebiendo “chela y chela” que es además de las apuestas que se “cruzan” el negocio más redituable que tienen los organizadores de estas peleas ante la complicidad e impunidad de las autoridades. (www.intersip.org)