OPINIÓN
Por Guillermo Robles Ramírez
¿Y se conmemoró algo?
El sábado pasado fue un día que pasó desapercibido para los mexicanos porque estaban más preocupados en la planificación para vacacionar, o al menos eso fue para la mayoría de los mexicanos, a excepción de los que fueron obligados a la marcha convocada por AMLO, es decir, toda la lista de la nómina de las dependencias gubernamentales y maestros que dependen del salario y trabajan para del Gobierno Federal. Algo que le quita autenticidad a la supuesta celebración del sábado, convirtiéndose en un show más para mostrar el peso político de la Cuarta Transformación, que no se compara ni en número de asistencia, pero sobre todo un reclamo legítimo en la marcha en defensa del INE, realizado en CDMX así como en todos las entidades federativas del país.
Pero para corregir el plagio que intenta hacer un partido político, que nada tiene que ver con el acontecimiento considerado como el más significativo que marcó el Gobierno de Lázaro Cárdenas; el 18 de marzo es un día para conmemorar un hecho histórico de nuestro país que fue un parte aguas de soberanía sobre uno de nuestros recursos naturales y que cada vez en el mundo se está luchando para depender menos de ella para ser sustituido por las energías renovables y que no dañen al planeta Tierra.
Este sábado pasado se conmemoró el 85 aniversario de la Expropiación Petrolera en el que se dejó un precedente a nivel internacional en donde los principales benefactores antes de esta lección eran las compañías Exxon y Shell quienes tenían al 100% como propiedad para explotar el oro negro para mantener la inversión extranjera que en su época fue necesaria para generar fuentes de trabajo.
Todo esto evidentemente después de la Revolución Mexicana y con la llegada del Presidente en turno, Lázaro Cárdenas del Río, al no conseguir la negociación para la mejora de las condiciones de vida para los trabajadores en las empresas extranjeras, quienes se negaban inclusive a la formación de un sindicato para la defensa de quienes trabajaban ahí.
Ante el conflicto legal favoreciendo a los trabajadores mexicanos y el descontento de los empresarios extranjeros y al no querer atacar la orden de la Suprema Corte de Justicia, amenazaron con el retiro de todo su capital, pero después de la nula negociación con la intervención del expresidente Lázaro Cárdenas y un acto de desconfianza de los extranjeros finalmente le puso fin y se anunció la expropiación petrolera dando a conocer al país y al mundo que la industria pasaría a manos totalmente de los mexicanos y la única compañía nacional PETROMEX, fue absorbiendo las concesiones.
Fue hasta en 1938 cuando se creó Petróleos Mexicanos. Su consecuencia fue el rompimiento diplomático del país con el Reino Unido, así como el embargo comercial, y retiro de su personal técnico. Estados Unidos dejó de adquirir petróleo y plata del país.
Para aquella época fue un gran logro para las condiciones en las que se encontraban los trabajadores mexicanos del petróleo, siendo ésta la condición principal que dio origen a la expropiación petrolera, más que la justificación diplomática sobre la amenaza en el artículo 27 constitucional.
Empero, desde entonces ni PEMEX y ni algún otro organismo gubernamental ha sido capaz de poder explotar al máximo el potencial del recurso natural como en la investigación y desarrollo de la petroquímica para el desarrollo para fabricar nuestra propia gasolina y sus derivados.
En años anteriores existía ese fervor para conmemorar el Día de la Expropiación Petrolera en donde se observaba un pequeño esfuerzo para fomentar la cultura cívica en nuevas generaciones con concursos de oratoria organizados en los congresos estatales en las 31 entidades del país, así como las instituciones educativas en donde era muy común este tipo de actos o la representación con maquetas.
Pero poco a poco se fue perdiendo ese entusiasmo cívico dejándolo en el olvido y pasando a ser un día ordinario de la semana en donde las ocupaciones de la cotidianidad laboral y escolar es lo característico como un día normal. Aunado al fervor de vacacionar el fin de semana con motivo del día asueto por el natalicio de Benito Juárez.
La nostalgia por el petróleo mexicano resurgió solamente como un tema de interés político para hacerse notar ante los medios de comunicación, pero ese tema nunca se ha plasmado en la realidad, los costos del combustible y con la llegada de cada Presidente de México, sube la gasolina.
Sin embargo, nadie dice nada del robo que los mismos mexicanos sobre el tan apreciado oro negro en donde sin importar el color del partido, cada gobierno federal de una o de otra manera han hecho de las suyas en PEMEX, porque al final del día solo representa lo que se conoce en el argot político, “la caja chica de cada administración presidencial”.
Petróleos Mexicanos ha sufrido muchos robos que ahora le llaman escándalos desde su estructura administrativa, sindicato y carencia de transparencia, en donde uno de los más sonados fue el PemexGate, quedando sustituido por el fraude con Oceanografía y Banamex; también el famoso nexos con el narco mundo siendo uno de sus proveedores Pancho Colorado, también la corrupción del caso Lozoya y la “Casa Gris”, en donde existe un presunto conflicto de interés con el hijo del actual presidente, Andrés Manuel López Obrador.
En ninguno de los escándalos de los engaños y corruptelas que se han dado a conocer a luz pública de PEMEX ha salido el patriotismo con tanta nostalgia de la expropiación petrolera, recordando a Lázaro Cárdenas.
La nostalgia mal encaminada del 85 aniversario del Día de la Expropiación Petrolera, lleno más de falsas promesas o ¿acaso hay algo que celebrar? (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México) www.intersip.org