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Guillermo Robles

Y se me hacen pocos

OPINIÓN

Por Guillermo Robles Ramírez

 

Y se me hacen pocos

Si se pensaba que solo en la capital de Coahuila, la apatía de los agentes de tránsito, así como su ausencia en las principales vías rápidas en donde todo conductor ni respeta el límite de velocidad, y rompe muchas otras normativas establecidas en el Reglamento de Tránsito de Saltillo, como es la falta de placas en unidades de todas gamas desde vehículos de lujo hasta los económicos, pues están muy equivocados.

Solo basta con visitar las oficinas de la Recaudación de Rentas de la Región Centro, en Monclova, Coahuila; para consultar que uno de cada dos conductores de vehículos, circulan sin licencia en los municipios que comprende esa jurisdicción, que son: Monclova, Frontera, Castaños, Cuatro Ciénegas, San Buenaventura, La Madrid, Nadadores y Sacramento.

Se estima que en esos municipios hay más de 100 mil unidades motrices en circulación, de las que entre 40 y 55 mil son automóviles y camionetas ilegales. Y aunque las cifras no son oficiales, resaltan a simple vista, porque casualmente predomina que portan placas otorgadas por ONAPPAFA, UCD, FRENOS y otros que nunca había visto, en la Región Sureste de Coahuila.

Ha sido muy poco el resultado que ha tenido la tan anhelada llegada de la legalización de los carros “chocolates”, que sale aún más barato continuar pagando a esos organismos independientes, placas que no pertenecen a ninguna autoridad federal, estatal o local, pero que los agentes de tránsito se han acostumbrado a verlos dentro de una normalidad.  Así como aquellas unidades que no portan placa alguna.

En honor a la verdad, no hay en Coahuila muchos conductores cumplidos y basta con que se haga una real campaña para exigir la presentación de la licencia de conducir y comprobar, así que son más del 50 por ciento los propietarios de vehículos de la zona centro que no cuentan con licencia o autorización para manejar.

Las autoridades estatales han dejado en el paso aquellos programas para verificar las unidades cuyos dueños no han pagado una obligación estatal como son las placas y licencias para conducir, siendo el último realizado en el 2011. Desde entonces han ido creciendo coahuilenses incumplidos que se han convertido al día de hoy sectores de población debido a su incremento, que no pagan impuestos, ni derechos vehiculares.

Un buen ingreso económico les resultaría a las autoridades locales el llevar adelante una revisión de las licencias y así de esa manera hacer un reordenamiento en uno de los ramos más concurridos en violaciones al reglamento de tránsito y vialidad.

Esta revisión nos llevaría a la conclusión de que muchos de esos conductores sin licencia, nunca la han tramitado, por tanto, está en entredicho su experiencia en el manejo que precisamente es también una razón de un alto índice de accidentes.

El mayor beneficio que se tendría retomando aquellos viejos programas de verificación vehicular, sería el económico, cuestión en la que no está de acuerdo un sector por considerar que serían más funciones recaudatorias que de cultura para cumplir con el reglamento de tránsito y vialidad, aunque en contraparte, existe la convicción de que la cultura se hace a base de sanciones, penalidades o castigos económicos. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México). www.intersip.org