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Guillermo Robles

Terror en los hospitales

            OPINIÓN

Por Guillermo Robles Ramírez

            Terror en los hospitales

Cuando se habla de inseguridad en el país lo primero que se viene a la mente el crimen organizado dicho coloquialmente entre la población los “chicos malos”, y después obviamente la serie de robo negocio, casa habitación y asaltos.

            A manera general es el primer flashazo mental cuando se habla de este tema, aunque las cosas son todavía más complejas de lo que se ve superficialmente posiblemente por la violencia como suceden este tipo de actos ilícitos hace que nos ceguemos y porque no hasta minimizar otros problemas de inseguridad que no deben dejarse pasar a la ligera, sin embargo, la mente se nos llena con la saturación de delitos violentos.

            Hay un segmento en la población que tiene que ver instituciones de gobierno y privada en donde se involucra una gran parte de la población, pero que las prioridades de seguridad no han permitido voltear para resolver lo que aparentemente es más importante, aunque cuando se habla de seguridad todo es importante y sobre todo para quien sufre la injusticia o daño a su persona.

            Los hospitales son uno de los muchos puntos vulnerables en cuanto a seguridad de todo tipo. Mientras que en otros países su problema de seguridad radica más en la fuga de información personal de los pacientes, en nuestro país antes de la proliferación tan públicamente del crimen organizado porque siempre ha existido, pero antes sus ajustes de cuentas, así como el tráfico y pelea territorial se hacía bajo la sombra, pero ahora su escenario son las calles de las ciudades a plena luz de día.

            Los problemas en los hospitales tanto de gobierno como aquellas privadas eran los secuestros de recién nacidos. No faltaba alguna familia desesperada para tener un hijo que por algún motivo de naturaleza no podían concebir pedían el favor y en otros casos el pagar para que alguien se robara un bebé del cuarto de cunas, sin lograr localizar posteriormente ni a la ladrona, porque por lo general siempre era una mujer la que tenía acceso a esos cuartos, y ni mucho menos localizar al recién nacido que con el pasar de los años nunca se dio por enterado pues fue criado dentro de una familia ajena.

            Con el tiempo estos robos fueron cada vez más frecuentes y más descarados por mismos empleados que laboraban en esos hospitales que tanto las de gobierno como las privadas pusieron medidas de seguridad y filtros de entrada y salida para los cuartos de recién nacidos, así como la revisión de personal que salía de las instituciones de salud en sus cambios de turno.

            En apariencia todo se había controlado sin embargo surgió el negocio el tráfico de órganos en donde los recién nacidos fueron las víctimas en primer lugar viéndose obligados a tener que tomar nuevas medidas, siendo que en la actualidad este tipo de actos ilícitos ya son considerados como casos aislados.

            Pero al día, día los graves problemas que presentan los hospitales tanto de gobierno como particulares son aquellos que tienen que ver con la inseguridad nacional provocada por el crimen organizado en su variedad de organización como son el narco, extorción, tráfico de armas y trata de blancas, entre otros en donde la batalla campal entre dos bandos, persecuciones, ajuste de cuentas, y territorial se da en las calles de las ciudades en donde el daño colateral han salido heridos y muertos muchos civiles.

            No terminando ahí la violencia sino continua en aquellos hospitales donde son llevados muchos criminales que salieron heridos en estos actos de violencia y en muchas de las ocasiones el bando contrario entra a las instalaciones para terminar de liquidar a su oponente o simplemente disparan desde lo lejos al área de urgencia sin importar los civiles y lo mismo sucede cuando existen estos enfrentamientos entre la marina y crimen organizado.

            La inseguridad de los hospitales no solamente es para las personas enfermas o que se vieron obligados a tener que ir por alguna urgencia, sino también para los médicos puesto que muchos de ellos han sido secuestrados por bandas organizadas para llevárselos a sus heridos y así evitar que visiten un hospital salvaguardando la seguridad de su compañero tanto por las autoridades para que no sea detenido y cuestionado o simplemente que no sea liquidado por alguna banda criminal oponente.

            Lo mismo sucede con personal de enfermería que con solo el hecho de verlos vestido con una bata blanca es sinónimo de médico. En algunos hospitales han cambiado el uniforme de enfermeras para poder hacer la distinción de los doctores y doctoras, sin embargo, por decisión propia han preferido andar en por los pasillos sin bata alguna para confundirse con los pacientes y evitar que sean víctimas de secuestro por el crimen organizado porque una vez que les salva la vida, estos médicos difícilmente regresan a incorporarse a sus trabajos porque desaparecen. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org