OPINIÓN
Por Guillermo Robles Ramírez
No todo lo transparente es agua
En medio de toda esta pandemia entre hipótesis de dónde surgió existirá la duda de su origen. Hay quienes creen convencidamente que se trata de algo que nos mandaron los chinos, también de un experimento fuera de control entre China y Estados Unidos, siendo este último el que se los mandó a la Región de Asia por intereses comerciales a nivel internacional. También esta aquella que se piensa de un virus que mutó de los países asiáticos por comer perros, ratas, murciélagos, entre otros animales no comunes de consumir. Aunque también existe la teoría de algunos ambientalistas que se trata del reclamo de la misma Tierra a los humanos por no cuidar su medio ambiente.
Sobre esta última hipótesis lo que sí se dejó ver en todo el mundo fue el cambio positivo que hubo en el medio ambiente en donde hubo áreas de vida vegetal que volvieron a enverdecer o recuperarse de algunas maneras. Hubo especies animales que se empezaban a acercar en zonas que antes eran invadidas por el ser humano, así como la cotidianidad de su movilidad, sucediendo esto también en la vida acuática.
En resumen, se puede concluir que la presencia del ser humano y su desarrollo afecta enormemente a nuestro hábitat la fauna y vida vegetal de nuestro entorno, así como en términos generales en la vida de la Tierra.
Todo esto se pudo observar con unas cuantas semanas en donde el encierro y la falta de movilidad del hombre fue la medida tomada por las naciones del mundo para prevenir el contagio de la pandemia del Covid-19.
En ese intento del hombre, como especie, en adaptar cualquier entorno para vivir hace todo lo posible sin medir las consecuencias del impacto ambiental y obviamente repercutiendo a una misma comunidad.
Ahí tenemos en nuestro Estado que cada día el vital líquido, es decir, el agua de la Laguna de Coahuila, que está en el subsuelo, así como la de Durango es contaminada de arsénico por el descenso paulatino del nivel de los mantos acuíferos, porque es mayor la extracción que le recarga.
Para frenar esta situación hay que hacer efectiva la veda para que no se extraiga más agua de la absolutamente necesaria, y esa es para consumo humano o cuando menos esa es la opinión de algunos expertos en la materia.
En la actualidad se dificulta agua de buena calidad a través de los pozos de servicios en los municipios San Pedro, Matamoros, Viesca y Francisco I. Madero, Coahuila.
Lo mismo sucede en Tlahualilo, Mapimí, San Juan de Guadalupe y Simón Bolívar, Durango.
Ante esta situación y el calentamiento global que ha provocado la sequía como en nuevo enemigo del hombre, definitivamente no se puede permitir el crecimiento constante de la siembra de alfalfa que absorbe la mayor parte del recurso, ya que se pone en riesgo la salud de más de un millón de habitantes de la Comarca Lagunera.
Existen peritos hidráulicos que aseguran que anualmente se extraen del subsuelo alrededor de más de mil 20 millones de metros cúbicos por solo 519 de recarga, siendo esta información a su última actualización que fue hace siete años atrás.
El desequilibrio del acuífero de la región lo provoca la excesiva extracción del acuífero principal.
El sector agrícola consume el 90 por ciento del total del agua disponible, la industria el 6 por ciento y el 4 por ciento servicio urbano.
Desde 1972 se presentaron informes y análisis de la grave sobreexplotación y contaminación del acuífero en los municipios de la región y del problema del arsénico en agua del subsuelo.
Por el desequilibrio entre la recarga y extracción, se ha visto afectada la calidad de agua con fenómenos como el hidroarsenicismo, metales pesados, sales y nitrato que afectan a la población, sobre todo, de las comunidades rurales, es decir, se está colapsando el agua en la Laguna, siendo este un problema serio.
Investigadores del campo, aseguran que el agua del subsuelo de diversas zonas de la región está afectada por arsénico que rebasa por mucho las normas permisibles y establecidas en la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Lo más grave de la situación es que la mancha contaminada va creciendo hacia las partes urbanas de las ciudades.
Esta situación que prevalece es a consecuencia de la recurrente sequía que se ha presentado en las últimas décadas y a la sobre explotación de los mantos, asi como la creciente mancha urbana e industrial.
No hay autoridad que controle el vital líquido para utilizar nada más lo necesario en la agricultura e industria y frenar los abusos en la extracción para evitar que se pueda presentar en el futuro poca disponibilidad del recurso, de lo contrario, sería desastroso para la salud de la población.
El problema del hidroarsenicismo se conoce en la región desde los años 50s en que fue hecho un estudio en 22 comunidades, de las cuales ocho fueron de municipio de San Pedro y 11 de Francisco I. Madero de nuestra entidad.
Este problema antaño empezó a salirse de control desde hace tiempo que en donde ahora se está bombeando aguas fósiles como sucede en Matamoros, Tlahualilo, Francisco I. Madero, el ejido Finisterre y otros lugares que conforman La Comarca Lagunera.
Desde que bajó el nivel de los mantos, los habitantes han estado ingiriendo, aunque en pequeñas cantidades, varias sustancias, como sólidos, cloruro, sulfato, magnesio y arsénico, entre otros, que quedaron en suspensión por millones de años.
Esto quiere decir que en la Comarca Lagunera se está tomando agua de restos de dinosauros quedando en el pasado lo que antes llegó a presumir de que el agua de aquella región no se necesitaba tratar porque sale cristalina, pudiéndose tomar directamente desde la toma de agua de la calle y dentro de los hogares sin filtro; pero queda claro que no todo lo que es trasparentes es agua potable. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México) www.intersip.org