No hay mejor tranquilidad y credibilidad de un país, que la certidumbre que vive ese pueblo y que es el mejor testigo frente al contexto internacional por más que se rechace, pues toda Nación que conforman este planeta, está sujeta a los ojos y observación de su entorno, dependiendo de cómo nos vean serán como nos traten y me refiero por lo que hace a inversiones para nuevas fuentes de trabajo, apoyos de diferentes índole de organismos no gubernamentales y gubernamentales y en general la inclusión en proyectos internacionales, etc.
Mi Columna
Tronaron los presagios
Por Carlos Robles Nava
No hay mejor tranquilidad y credibilidad de un país, que la certidumbre que vive ese pueblo y que es el mejor testigo frente al contexto internacional por más que se rechace, pues toda Nación que conforman este planeta, está sujeta a los ojos y observación de su entorno, dependiendo de cómo nos vean serán como nos traten y me refiero por lo que hace a inversiones para nuevas fuentes de trabajo, apoyos de diferentes índole de organismos no gubernamentales y gubernamentales y en general la inclusión en proyectos internacionales, etc.
El proceso electoral nacional de México el antepasado domingo 7 de junio para la elección de nueve gobernadores y más de 500 diputados federales plurinominales y de mayoría, así como diputados locales y alcaldes en las Entidades en donde hubo elecciones para gobernador, en términos generales y con algunas excepciones, se desarrolló en paz y tranquilidad pese a los negros presagios considerados por no pocos.
La atracción o pronósticos de que en México correría la sangre el 7 de junio, particularmente en Estados donde desde un principio se encendieron focos rojos como Guerrero, Michoacán, Chiapas y Oaxaca, atrajo los ojos de 401 observadores extranjeros y la participación de 60 representantes de la Organización de Estados Americanos, OEA, cuya cabeza principal enviada igualmente a México, Laura Chinchilla, ex Presidenta de Costa Rica, definió el desarrollo de este compromiso cívico de los mexicanos, como un día de “formalidad y seguridad”, refiriéndose a lo primero por la salida de buena cantidad de mexicanos para emitir su voto y no dejarse amedrentar por el “ruido” hecho por los “maestros” de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, al igual que los estudiantes normalistas que 72 horas antes de las elecciones arremetieron incrementando sus actos vandálicos por suerte para México y decepción de la Coordinadora, fue solo en Oaxaca y en dos o tres municipios donde quemaron papelería, muebles y oficinas del Instituto Nacional Electoral.
La OEA tuvo presencia en 17 Estados de la República Mexicana y conforme al Instituto Nacional Electoral, solo no se instalaron 385 casillas, todas estas de Oaxaca, votando en alternas la mayor parte de quienes integraban la lista de electores de esas casillas originales no abiertas.
Esto, para los mexicanos, al menos es mi opinión, debe ser lo más gratificante que sucedió el domingo 7 de junio, más que los resultados partidistas que deben festejarlos los simpatizantes y militantes de cada organismo político que obtuvo victorias en las urnas.
Los pronósticos tronaron, es la mejor compensación para todos los mexicanos que saliendo a votar dando así una bofetada a los grises y hasta oscuros anuncios hechos previos a los comicios.
Esta tranquilidad y formalidad, de que habla la representante de la OEA, señora Chinchilla, está basada en infinidad de muestras sobre la civilidad de los mexicanos que salieron de sus casas el 7 de junio para cumplir con este deber cívico que viene a sumarse a la lucha en pro de la democratización de México, que lamentablemente aún no llega totalmente a nuestra Nación, pero que algún día estaremos al mismo nivel que varios países de Europa y de misma América Latina como Canadá, Estados Unidos, Argentina y otros más.
A reserva de que mañana miércoles el INE de las cifras oficiales y definitivas, sabremos el porcentaje de mexicanas y mexicanos que acudimos a votar y que por lo pronto, se estima que fue éste año de un 48 por ciento, siendo superior a los comicios de l997 tomándose como parámetro que las intermedias no atraen a tantos votantes, empero, aquí también se reventaron los pronósticos.
Hubo quienes dieron por hecho que se declararían nulas las elecciones en ciertas comunidades de los dos Estados de los cuatro en donde se encendieron focos rojos y esas dos Entidades fueron Oaxaca y Guerrero, aunque finalmente no se hizo en ninguna de esas comunidades federativas.
Los pesimistas y opositores de que México ante los ojos internacionales apostaban a que se diera una imagen distinta a la que se vivió este reciente y pasado domingo, hablaban de que se suspenderían las elecciones, situación que en los últimos cien años no sucede en México, se llevaron gran chasco.
Nos falta todavía mucho por hacer en los avances de la democratización de México, pero no debemos perder la fe y la esperanza de que las generaciones del presente y futuro, se encargarán de ello y sino tiempo al tiempo.(www.intersip.org)