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Guillermo Robles

Un reto para salir adelante

Cuando se tiene juventud, un futuro inmediato es lo más lejano que se puede ver y definiéndolo como inmediato entre los jóvenes, es mañana o pasado mañana, pero un largo plazo es visto como una eternidad, como algo que nunca va llegar o para cuando llegue ese momento hasta entonces se pensará qué hacer por lo pronto no deseamos complicarnos la existencia.

OPINIÓN

Por Guillermo Robles Ramírez

Un reto para salir adelante

Cuando se tiene juventud, un futuro inmediato es lo más lejano que se puede ver y definiéndolo como inmediato entre los jóvenes, es mañana o pasado mañana, pero un largo plazo es visto como una eternidad, como algo que nunca va llegar o para cuando llegue ese momento hasta entonces se pensará qué hacer por lo pronto no deseamos complicarnos la existencia.

             Al menos aquí en nuestro país es lo que sucede en la mayoría de los casos, no solo en la sociedad sino también dentro de nuestras autoridades en donde no existe ni un solo programa pensado en la prevención de un futuro a largo plazo.

            Como ejemplo tenemos simplemente en la construcción de las casas de interés social en donde ninguna de éstas se planeó pensando en la vejez y mucho menos en el momento que se tenga que usar una silla de ruedas para poderse desplazar en ella.

            Pero peor aún, porque ni se piensa a largo plazo para una vejez menos para una persona discapacitada en donde el primer problema son las dimensiones de las puertas en donde no pueden entrar y no se diga el de los baños siendo prácticamente imposible poderse valer por sí mismo para poder virar la silla de ruedas y acomodarla de tal manera para usarse.

            Sin ser justificación en cuanto a los presupuesto, qué se puede decir en aquellos casos en donde un matrimonio joven tiene poder adquisitivo para construir una casa, tampoco está dentro de sus planes el enfermarse o el envejecer haciendo éstas casas con desniveles, puertas no suficientes para la movilidad de una silla de rueda y la planta baja adaptada pensado en todos los detalles para convertirla en una área social mientras que el resto de la casa, es decir, las habitaciones para los aposentos se encuentran en la segunda planta.

            No es hasta cuándo van sucediendo las cosas que la vida te tiene preparado tu destino ya sea con alguna enfermedad o acercándose una edad en la que cada vez te haces consiente de que tus funciones motoras están fallando cada vez más haciéndose torpes y batallando con esos hermosos desniveles de la casa y esa latosa escalera que si bien se hubiera pensado en un futuro a largo plazo la construcción de una habitación en la planta baja con todos los servicios al alcance hubiera sido lo óptimo.

            Es lamentable que hasta entonces se reflexiona sobre un grupo de la sociedad que ha estado marginado no solamente por el resto de la sociedad sino también por las autoridades en donde la conciencia toma su encause en donde la lucha de los discapacitados se inicia al identificarse diferente, cuando ésta persona logra comprender que deberá esforzarse por encajar en la sociedad.

            Es hasta entonces el inicio de su larga peregrinar para determinar la causa de la discapacidad así como la posible rehabilitación para su condición especial, deberá someterse a innumerables chequeos, molestos exámenes y tratamientos que lo harán sentir como conejillo de indias, como un sujeto raro, como un ser defectuoso incompleto o imperfecto.

            La integración familiar constituye su primer enfrentamiento con la cruda realidad, pues es un miembro distinto en el hogar, que debe tener paciencia para solicitar se le comparta e integre a la conversación en turno, siendo el último en advertir las noticias de moda, convirtiéndose en dependiente de los demás familiares, siendo su opinión nula e inclusive en algunos casos sujeto de maltrato, lo cual lo convierte en una persona desconfiada y resentida, todo esto generalmente se traduce en manifestaciones de carácter agresivo o violento.

            Existe también la posibilidad de que por el contrario, se le sobreproteja y se le otorguen demasiados privilegios y que más tarde, aunque sin ser culpable se convertirá en un ser inútil y demandante, con poca iniciativa, excesiva dependencia, escasa responsabilidad y nula autonomía.

            La persona discapacitada deberá trabajar diariamente en un ambiente social hostil, en circunstancias adversas, generalmente basadas en la indiferencia y el menosprecio, se sentirá injustamente marginada y ofendida cuando la sociedad no se interese en conocerla e intentar un acercamiento, cuando se empeñan en manipularla y resolver el problema de la integración unilateralmente, cuando productivamente se le trate con matices de inferioridad.

            El aspecto laboral es decepcionante, pues aun cuando existen algunos discapacitados preparados para ocupar puestos directivos, se deben conformar con realizar actividades muy por debajo de sus capacidades reales, generalmente se les limita el acceso a mejores oportunidades en el sector productivo, en cambio se admite a personas con menor rendimiento, por el hecho de ser “normales”, las aspiraciones profesionales de los discapacitados también se ven frustradas al no contar con facilidades de acceso para acudir a las universidades y centros de estudios superiores en donde en su mayor parte son al menos de dos pisos.

            La integración social debe ser un proceso que conceda a todos los individuos poder participar de los beneficios del desarrollo a través del ejercicio de sus derechos y capacidades.

            La principal arma para lograr la integración social y productiva es trabajar a favor de la justicia y la igualdad, elevando los niveles de bienestar y desarrollo e impulsando las personas discapacitadas cuando se le niegan las oportunidades de que dispone en general la comunidad y que son necesarias para los aspectos fundamentales de la vida como la educación, el empleo, la vivienda, la seguridad económica y personal, la participación en grupos sociales y políticos. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org