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Carlos Robles

Cuidado, andan sueltos

No hay peor peligro que un perro rabioso suelto, justo es lo que la gente ha aplicado a los agentes policiacos de Arteaga, Coahuila, pues la ausencia de una verdadera autoridad, los ha convertido en asalta caminos; inventores de violaciones a reglas de tránsito o vialidad; en represores y violadores de los derechos humanos lo mismo para su propia población que para los que van de paso por este bello y atractivo “Pueblo Mágico”.

Mi Columna

Cuidado, andan sueltos

Por Carlos Robles Nava

No hay peor peligro que un perro rabioso suelto, justo es lo que la gente ha aplicado a los agentes policiacos de Arteaga, Coahuila, pues la ausencia de una verdadera autoridad, los ha convertido en asalta caminos; inventores de violaciones a reglas de tránsito o vialidad; en represores y violadores de los derechos humanos lo mismo para su propia población que para los que van de paso por este bello y atractivo “Pueblo Mágico”.

Denuncias públicas y judiciales han sobrado en el último año y medio, teniendo estas la misma respuesta, “su queja preséntela en Saltillo”, pretendiendo jugar el dedo en la boca a los denunciantes que optan por dejar las cosas en paz, porque de lo contrario reciben una visita “oficial” domiciliaria y amenazadora para que no anden los quejosos, de boca sueltas y “chismosos”, llamados así quienes han sido víctimas de sus agentes policiacos y de tránsito.

Es un hecho que su Presidente Municipal desconoce de esta anómala situación, pues su ausencia es constante por razones de enfermedad, por lo que hacen su “agosto” los pocos a quienes confía el mando presidencial municipal.

Los abusos cometidos por las autoridades policiacas arteaguenses, no son solo los cometidos en su pequeña zona urbana o quienes se atreven a cruzar por su arteria principal para conectar con la carretera 57 que conduce a los ejidos, sucediendo esto de manera particular los sábados y domingos en que es mayor la concurrencia foránea de visitantes atraídos por las bellezas naturales.

Lo último denunciado públicamente y ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos, que es solo una muestra de lo recurrente en Arteaga, se registró en el caso de un avecindado de ese pueblo mágico.

Resulta que el arteaguense Carlos Solís, con domicilio en Bella Unión, comunidad contigua al área urbana de Arteaga, además de haber sido violada la privacidad de su casa, a punta de balazos hechos por el llamado y conocido como “Comandante Magallanes”, fue amedrentado para que abriera la puerta de su hogar y ser sometido a una revisión sin existir orden judicial alguna, pero sobretodo, con todo y las violaciones que marca la ley, al no cumplirse con las normativas legales y jurídicas.

Carlos Solís, jura y perjura no cometió violación o delito alguno para motivar la arbitraria y abusiva actuación del tal “Jefe Magallanes” que no es otro más que un simple oficial de la Policía Municipal, con alto poder e inclusive más que el propio titular de Seguridad Municipal. Su nombre es Jaime Yael Mendivil Magallanes.

Todo esto ocurrió la noche del sábado de la semana antepasada, cuando el denunciante descansaba en una silla en las afueras de su domicilio y opto por meterse a su hogar cuando en la cuadra donde vive apareció una patrulla y como mal o bien se dice, es fama y no esperes nada bueno, ya que la Policía arteaguense se ha convertido en un azote para la comunidad urbana y rural, sin que nadie les haya puesto un hasta aquí, muy a pesar del cúmulo de injusticias y abusos cometidos en las comunidad rurales y en la misma zona urbana del Pueblo Mágico, en donde no faltan quienes le llamen “pueblo invisible y no mágico, porque su policía desapareció con su arbitraria actuación las garantías de sus habitantes”.

A esta nueva víctima de los “cuicos” arteaguenses le sucedió lo que a otros muchos cuando fue a quejarse a las oficinas policiacas, en donde con toda simpleza lo mandaron por un tubo al decírsele que fuera a Saltillo a poner su queja, porque ellos o sea los encargados en ese momento de las oficinas policiacas, eran las instrucciones que tenía de toda queja que fuesen a denunciar.

Y, no es por echarle más tierra a la violenta y anómala conducta y actitud del “jefe o comandante”, al menos así lo llaman de Jaime Yael Mendivil Magallanes a quien hasta sus mismos subordinados le tienen pavor y miedo por sus arranques energúmenos que le brotan de todo el cuerpo, cuando las órdenes que da no se cumplen por ser abusivas y arbitrarias.

La misma víctima de ahora, señala que el “comanche Magallanes” tuvo un accidente vial en el bulevar periférico que cruza Saltillo, casi colindando con Arteaga y por su radio dio “instrucciones” a “su gente”, fueran a rescatarlo cuando fue detenido por la policía saltillense para que pagase los daños materiales causados.

Los oficiales que fueron al rescate del “comanche” en mención, al ver que estaban en jurisdicción saltillense, de inmediato pusieron patas en polvorosa y se retiraron, lo que les costó tremenda regañada.

Hay otras muchas cosas que se dicen del “jefe” Magallanes, pero ahí la dejamos, pues la intención más que quejumbrosa es poner un alto a tantas arbitrariedades por el bien de Arteaga y sus bondades como pueblo mágico. (www.intersip.org)