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Carlos Robles

No se descobijen más

Del todo contraproducente ha resultado el hecho de que en el caso del narco traficante prófugo de la ley, Joaquín Guzmán Loera, conocido como “El Chapo”, el gobierno federal ha pretendido hasta el cansancio, dar santo y seña de cómo y porqué se escapó del supuesto penal de “alta seguridad” del altiplano del Estado de México.

Mi Columna

No se descobijen más

Por Carlos Robles Nava

Del todo contraproducente ha resultado el hecho de que en el caso del narco traficante prófugo de la ley, Joaquín Guzmán Loera, conocido como “El Chapo”, el gobierno federal ha pretendido hasta el cansancio, dar santo y seña de cómo y porqué se escapó del supuesto penal de “alta seguridad” del altiplano del Estado de México.

Miguel Ángel Osorio Chong, Secretario Federal de Gobernación al igual que el Comisionado en Seguridad Nacional, Alejandro Rubido, a diario y desde hace 10 días que ocurrió la doblemente escandalosa e inverosímil fuga por un túnel de kilómetro y medio de largo del capo sinaloense, no solo a provocando la incredulidad de la mayoría de los mexicanos, sino la burla y “pitarreo” de muchos sectores.

Además se está llegando al sarcasmo de hasta “elogiar”, por algunas personalidades, el escape de “El Chapo”, justificando esa acción diciendo que Joaquín Guzmán, es una persona que ayuda a los pobres, como lo dijo públicamente nuestra paisana coahuilense originaria de Monclova, la actriz y cantante, Susana Zavaleta, que al margen de todo, ella tendrá sus muy justificadas y personales razones para decirlo, sin que esa dizque “nobleza” de hombre “generoso” le quite el mérito de ser un criminal, responsable y director intelectual del asesinato no de cientos, sino de 3 mil mexicanos, según cifra  dada a conocer por el propio gobierno federal, como resultado de la disputa de los cárteles de la delincuencia organizada de ese mortífero, pero próspero comercio de las drogas.

Bien lo dice el gobernador de Coahuila, Rubén Moreira Valdés, no le rasquen porque sale más pus, refiriéndose a casos serios y delicados en donde nada bueno hay, siendo justo el caso de esta ruidosa fuga de Joaquín Guzmán.

Entre más explicaciones da el gobierno federal, salen más dudas, incertidumbres, preguntas e inquietudes en donde se fortalece no la corrupción que invade a muchas áreas burocráticas y en este caso, no solo en las grandes y “fortalecidas” penitenciarias de México, sino en las más mediocres bartolinas y cárceles locales del país.

Ha sido este tema no solo para la ciudadanía en general, sino para el sector empresarial y como si fuese poco, ya hasta la iglesia católica se ha unido a las críticas y confirmaciones de que el escape de “El Chapo” Guzmán fue una desvergonzante y definitiva corrupción oficial.

Mientras Gobernación, la Procuraduría General de la República y la Comisión Nacional de Seguridad Pública, declaran que se está “investigando” para conocer si hubo complicidad protegida con dinero por parte del personal del penal del altiplano, residencia temporal por 18 meses de “El Chapo”, la mofa y burlas de la gente son abiertas y sin cortapisas, porque como se dice, lo que se ve no se pregunta.

Recientemente el  monseñor Eugenio Lira Rugarcía, Secretario General de la Conferencia del Episcopado Mexicano, ante la prensa precisó que la fuga del capo de capo, es una muestra de la vulnerabilidad del país y exige a las autoridades federales que clarifique las condiciones en que escapó.

Por otro lado, tanto el PRD a través de su Presidente, Carlos Navarrete y el desgastado Andrés Manuel López Obrador, el tema les sirve para pedir el cese de todo el gabinete de primera línea del Presidente; los videos exhibidos en televisión en vez de aclarar, motiva más y más interrogantes como si la aparición de una supuesta televisión o una “table” en la celda del criminal, la gente pregunta si en verdad son esos electrónicos y el por qué el prófugo gozaba de ese privilegio; cuando se insiste de la alta seguridad de la penitenciaria.

Las dudas resaltan al hecho de si no tenían censores subterráneos para haber detectado la excavación del túnel que se dice se llevó en 18 meses, que cuando se menciona ese largo período, los mexicanos expresan su coraje y majaderías dirigidas a las autoridades federales del porqué tanto tiempo sin darse cuenta.

Las interrogaciones no están exentas cuando la propia PGR declara que el pasado mes de junio, el gobierno de Estados Unidos insistió en la extradición y las dudas repuntan ¿acaso los gringos sabían algo de la fuga?; cuando Osorio Chong, señala que desde hace año y medio no se solicitó la renovación de certificación de las autoridades internacionales sobre la materia de la “cárcel grande” del altiplano”; cuando el mismo Osorio Chong, asegura que por las video cámaras se vigilaba las 24 horas  a “El Chapo”, el grito al unísono es de ¿y luego, porqué se peló?.

Honestamente, es mejor que las autoridades federales mantengan cerrada la boca, porque entre más la abren, se descobijan mayormente y con esta rascadera sale más pus, sinónimo de corrupción. (www.intersi.org)