Mi Columna
Se hacen tarugos
Por Carlos Robles Nava
Se está haciendo común y hasta normal en algunos municipios de Coahuila, que sus alcaldes toleren y permitan una serie de tropelías por parte de directores de áreas, incluyendo a regidores y síndicos, así como de simples empleados al concederle a éstos privilegios y facilidades que les permite continuar con conductas inapropiadas y que en no favorece a los ayuntamientos.
Esa miopía municipal, por desgracia, se ha extendido entre ciertos regidores y síndicos, dando cuenta de ello los medios de comunicación y por mencionar algunos municipios con este mal que se está generalizando, Saltillo no se escapa de ello, como tampoco Monclova y Piedras Negras, por mencionar algunos, al igual que otros más pequeños como lo es Arteaga.
En menos de tres meses, el regidor del Ayuntamiento de Arteaga, José Arcadio González Peña, vuelve a caer en manos de la policía, primero por haber violado o hacer tocamientos a una sobrina directa; después por robo de cableado del sistema telefónico y, el jueves pasado por la noche, por conducir en completo estado de ebriedad tripulando un vehículo oficial.
González Peña, ha resultado más inteligente y audaz que sus superiores dentro de la jerarquía del Cabildo como lo es el Alcalde, pues hasta ahora con artimañas y protección de la misma autoridad municipal, ha evadido la acción de la justicia ya que tres casos delictivos todo se ha concretado en retenerlo por algunos momentos y no encarcelarlo, dizque por el fuero de que goza como regidor.
El Congreso del Estado, lleva ya dos meses “analizando” la situación del regidor de marras sin declarar su desafuero como miembro del cabildo arteaguense, ignorándose qué espera la comisión legislativa para proceder al castigo, sin embargo, al asunto se le ha dado más que largas, tolerancia e impunidad para este sujeto mal ejemplo para la imagen que debe y deben tener los ayuntamientos.
Lo último de Arcadio González Peña, fue su detención por transitar con exceso de velocidad por una de las céntricas calles de Arteaga y gracias a una denuncia anónima que dio aviso a la autoridad, actuó la policía y además del agravante de conducir alcoholizado, lo hacía en una unidad de la Presidencia Municipal, agregándose que recibía vales de gasolina a cuenta del erario, saliendo a relucir que el citado regidor siempre ha recibido canonjías e impunidad de la Presidencia Municipal.
El alcalde “interino” de Arteaga, el joven e inexperto aprendiz de periodista, ahora metido a político Gabriel Orsúa, al conocer de una más de los indebido comportamientos del regidor Arcadio, lamento el comportamiento indebido, lo que resulta además de tonto e ingenuo desde el momento en que se le detuvo manejando un vehículo oficial, demostrando con ello que el mal funcionario sigue disfrutando de los favores de quien preside el Ayuntamiento a que pertenece.
Persiste el criterio o creencia de muchos funcionarios, en el sentido de que con disculpas inválidas o como se dice “dando atole con el dedo” salen de situaciones irregulares cometidas en las administraciones, olvidando y dando por hecho en la ingenuidad o “buena fe” de los ciudadanos al fingir y expresar lamentaciones que más que eso, se ven y toman como burla para los ciudadanos como es el presente caso, pues si el regidor trae un vehículo de la Presidencia Municipal, es un hecho que se le continúa no solo solapando, sino protegiendo y favoreciéndolo con apoyos que deben darse como estímulo y reconocimiento a que se está trabajando bien y que son merecedores de la confianza por lo que se les da un trato preferencial como una reciprocidad a su buen comportamiento a la seguridad de que sabrán conducirse con rectitud y honestidad.