Mi Columna
No les des el pez….
Por Carlos Robles Nava
El fuerte y duro cuestionamiento que eternamente los mexicanos hemos dado, sobre todo, los políticos, líderes y otros grupos, al salario mínimo porque con eso no se alcanza ni para adquirir una canasta con productos básicos, ha sido ancestral con toda razón y verdad.
Empero, hay que interponer que se trata de un mínimo que todo trabajador debe percibir por una jornada de ocho horas, aunque eso sea en teoría, pues en los hechos las cosas son todo lo contrario, ya que hay oficios y sectores en donde el salario mínimo se lo pasan por el arco del triunfo y no se diga las ocho horas como jornada máxima de trabajo.
El principal problema que existe en el tema, es la no denuncia de quienes reciben menos de un salario y trabajan más de 8 horas, unido a la carencia de inspectores de trabajo, particularmente por cuanto hace a oficinas para denunciar estos abusos, pues hay infinidad de municipios de Entidades del país que no cuentan con Juntas de Conciliación y Arbitraje, incluyendo a Coahuila, por lo que si hay quien desea quejarse en su municipio por el número de habitantes no es merecedor a una representación oficial laboral, tiene que viajar mucho kilómetros para solicitar justicia, aunque con la simple denuncia no queda todo arreglo, pues el trabajador quejosos o inconforme tiene que estar acudiendo a las audiencias oficiales que se cita siendo éstas precisamente en donde se defenderán el derecho de un salario mínimo, un máximo de horas laborales y el cumplimiento de obligaciones de seguridad social como Seguro Social, vacaciones, horas extras, aguinaldo fin de año, etc.
Coincido con el obispo de Saltillo, Raúl Vera López, respecto a que la causa principal de la pobreza extrema en México es por los salarios mínimos, recalcando que nunca han sido suficientes para una canasta básica, siendo las más afectadas las familias del campo. Una verdad irrebatible.
El empobrecimiento es extremo, al grado de que un salario mínimo no alcanza a dar lo necesario a una familia mínima de tres personas, es decir, mamá, papá y un solo hijo, indicó el representante de la Iglesia Católica. También una realidad irrefutable.
También don Raúl, señala en declaraciones periodísticas que los sacerdotes tiene que hablar y no callar las injusticias, lamentando que haya voces que desean tener callada a la Iglesia Católica y que se meta más a evangelizar y no se meta en política. Difiero algo en este punto de Raúl López, pues se cuenta con los dedos de una mano y sobran, los sacerdotes que buscan protagonismo en esos temas, lo hace el Obispo de Saltillo, lo que no sucede con los Obispos de Torreón ni Piedras Negras, que se entienden tienen igual la encomienda de ver por el prójimo.
Como final, don Raúl remata contra las autoridades al subrayar que éstas no velan por la protección de las comunidades rurales. Me uno a este justo reclamo del obispo saltillense.
Empero, no hay solo que señalar injusticias, errores, descuidos o abandonos, sino también como coloquialmente se dice, no solo hay que dar el trapito, sino el remedio completo para curar los males y sería importante por la educación y capacitación que por largos años se da a los sacerdotes, que expusieran formas, maneras y proyectos en los que se den las herramientas a esos vulnerables y desprotegidos para que tengan una mejor vida y como reza presagio chino: No le des el pez, enséñalos a pescar como lo han hecho algunas organizaciones no gubernamentales y también ciertas congregaciones religiosas que más que hacer polaka y dedicarse a denostar a los que tienen poder económico, así como a los círculos gubernamentales, se han acercado a éstos para llevarles a esos desamparados la red o caña para pescar el pez capacitándolos en diversos oficios y buscándoles en donación y en principio las herramientas para tener no uno ni dos salarios mínimos, sino todos los que se puedan.
No hay que olvidar que la vida no es fácil ni tampoco son muchos los que regalan por nada, hay que trabajar lo que se busca y anhela para tener una mejor vida para la familia en general (www.intersip.org)