Mi Columna
Alardean fuera del país
Por Carlos Robles Nava
Dizque para ejercer acciones contra las presuntas corrupciones de empresas y servidores públicos, once países entre ellos México, en días pasados firmaron un pacto anticorrupción.
La alianza la hicieron Venezuela, Portugal, República Dominicana, Brasil, Argentina, Chile, Ecuador, Colombia, Panamá y Perú, así como México.
En principio, una de las metas de estos once países es desmantelar la corrupción internacional, esto por los saqueos que hicieron directivos de las empresas Braskem y Odebrecht, acusados de haber sobornado o comprado con varios millones de dólares a funcionarios mexicanos por la concesión de contratos de obra pública a Petróleos Mexicanos, entre otras instituciones de nuestra Nación.
El convenio compromete a los países participantes en este acuerdo de colaboración a ejercer una eficiente y rápida colaboración jurídica en la investigación, al igual que la reparación del daño causado por esas corruptelas.
Además se integrarán equipos conjuntos de investigación que dizque para actuar con total independencia técnica y operar como principio rector de los ministerios públicos y fiscales de los gobiernos firmantes.
A la firma de este convenio por México, asistió Raúl Cervantes Andrade, Procurador General de la República y me pregunto, para qué andar pregonando acciones que no se realizan en nuestra propia nación.
La corrupción en México no se ha extendido solo en sectores oficiales por parte de empresarios particulares, sino su crecimiento se ha desbordado a tal grado que ya no hay instancia gubernamental sea federal, estatal o municipal en donde no se haya hecho el saqueo de recursos públicos que bien pudieron haber servido para combatir la pobreza de millones de connacionales que inútilmente esperan que sus gobernantes volteen sus ojos para reducir necesidades que eternamente vienen enfrentando.
Suena ridículo el que se presuma y alarde combatir la corrupción de empresas privadas que han soltado enormes cantidades de dinero a servidores públicos de áreas oficiales, cuando la corrupción oficial cada vez es mayor.
La Ley anticorrupción creada en México en últimas fechas sigue de adorno sirviendo solo de tema para que algunos políticos, en particular diputados federales y senadores con discursos demagogos pretendan convencer a los mexicanos que les interesa en demasía acabar con la corrupción oficial.
En México los recursos públicos robados, saqueados o apropiados indebidamente por malos funcionarios, cada día son mayores rebasando ya no los cientos, sino los miles de millones de pesos.
Para que andar de mitoteros e hipócritas fuera de nuestro país, sino combatimos lo que tiene y enfrenta nuestra propia tierra. (www.intersip,.org)