Mi Columna
Ya están hartos
Por Carlos Robles Nava

Por la facilidad como recuperan su libertad los narcotraficantes, la incomprensión de algunos sectores de la población mexicana, así como la falta de reconocimiento pleno ganado exponiendo sus propias vidas, estar largas semanas alejados de sus hijos y esposa, y en fin de otros muchos sin sabores, tropas de la milicia están hartos y piden volver a los cuarteles.
Este sentir de nuestros soldados, lo han plasmado en una carta divulgada en días pasados en las redes sociales, externando persistentemente “estamos hartos de luchar contra sicarios”.
Hacen mención a un reciente escándalo que involucró a las Fuerzas Armadas sobre derechos humanos y que fue la divulgación a través fotografías donde un soldado supuestamente está “ejecutando” a un miembro de la delincuencia organizada, tirado en el piso.
Además dicen estar “cansados de esta narco-guerra en la que capturan a criminales, pero en poco tiempo salen libres porque las demás autoridades no hacen su trabajo”.
Agregan estar cansados de “ver cómo emboscan a nuestros compañeros de forma cobarde y que ninguna autoridad, Organización No Gubernamental y derechos humanos haga algo”.
Constantemente, aseveran pierden compañeros en esta guerra “y aunque eso no debe ser motivo de venganza, siempre nos dejará a nosotros ese dólar, ese dolor de ver hermanos caer y que nadie haga algo, porque somos nosotros los que salimos a partirnos la madre con los sicarios”.
“Somos nosotros los que luchamos, no tu defensor de derechos humanos, no tu miembro de alguna ONG que nos acusa de lo peor, no tu que te quejas de nuestro trabajo en la comodidad del hogar”, subrayan en la tan citada misiva donde la milicia se “abre” para decir lo que lleva oculto y resaltar la incomprensión de muchos mexicanos.
Como si fuese poco, recuerdan que han perdido compañeros que fueron “levantados” en su día libre y los han torturado hasta matarlos, “han matado a las familias de nuestros compañeros como represalia, “¿creen que eso no nos duele?”.
Antes de ponerle punto final a su resentimiento, los militares también condenan la doble moral de la sociedad, “al pedirnos regresemos a los cuarteles para que tengan la confianza de que nadie le tocará un pelo al sicario, si mucho aman a sus criminales, quédense con ellos y no vengan de rodillas a pedir que se haga algo, pero si les indigna nuestro actuar, no olviden que cuando la operación fue difícil y peligrosa, nunca dijimos que no y nunca dimos un paso atrás”.
Duele el sentimiento de los militares, como igual es frustrante que haya grupos de distintos sectores que no aquilaten y valúen su insustituible entrega exponiendo su vida para dar tranquilidad y seguridad a millones de familias haciendo frente a uno de los peores cánceres que vive México y todo por la disputa de grupos criminales que pretenden apoderarse del tráfico de estupefacientes.
No hay que olvidar que sobran los grupos “defensores” de los derechos humanos de los sicarios, la mayoría pagados con dinero que viene de la venta de drogas, mientras se regatea la comprensión, reconocimiento, el valor y el exponer su vida a los elementos que integran el glorioso y heroico Ejército Mexicano. (www.intersip.org)



