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Carlos Robles

Entregaron su vida y….

No solo es desesperante y desilusionante, sino se ha convertido en un látigo inmerecido que están recibiendo y llevan a cuestas casi 3 mil trabajadores académicos y manuales de la otrora gloriosa y reconocida internacionalmente Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro…

Mi Columna

Entregaron su vida y….

Por Carlos Robles

No solo es desesperante y desilusionante, sino se ha convertido en un látigo inmerecido que están recibiendo y llevan a cuestas casi 3 mil trabajadores académicos y manuales de la otrora gloriosa y reconocida internacionalmente Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro, quienes se sienten abandonados no por circunstancias de la vida, sino por la incomprensible actitud de una mayoría que deciden marginarlos en la votación de los acuerdos que toman y, lo peor, hasta  “desaparecer” cientos de millones de pesos que no eran otra cosa que las cuotas rebajadas de sus salario para constituir el ahorro para su jubilación y pensión que merecen con toda justicia.

El reclamo sobre este injusto e inmerecido trato no es nuevo, lleva años decenas de años y hasta ahora se les ha ignorado.

Su última instancia la han puesto en los diputados de la sexagésima legislatura de Coahuila, al entregar su petición para modificar la ley de pensionados y jubilados del sector magisterial en general.

Los afectados y partícipes de las fechorías de unos cuantos, son los integrantes de la Asociación de Jubilados y Pensionados de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro, agrupando a estos desafortunados ex trabajadores y aún trabajadores vigentes de esa institución educativa universitaria, académicos y manuales de los dos Sindicatos Únicos de Trabajadores de la UAAAN.

Ha sido la licenciada Roxana Cuevas, ex diputada y ex funcionaria estatal, ahora catedrática y Secretaria General del Sindicato de Académicos, quien ha tomado como suya la bandera de justicia que claman los cientos de ex trabajadores de la Narro que entregaron gran parte de su vida a distintas actividades, según haya sido el caso de cada reclamante, a la Agraria Antonio Narro.

Su calamidad comenzó desde muchos años atrás en que se constituyó la Dirección de Pensiones de los Trabajadores de la Educación Pública de Coahuila, conocido como el DIPETRE, aunque desde años antes y desde un principio en que se constituyeron los fondos de jubilación y pensión, por ser minoría frente a la enorme membresía de maestros de primarias, secundarias y preparatorias públicas de Coahuila, han sido tradicionalmente relegados, marginados y negado sus derechos fundamentados en el pago puntual de sus cuotas para sus jubilación o pensión.

El estatus que ha mantenido la exigencia de estos pensionados y jubilados que solo gritan y quieren justicia social de algo que ya pagaron y que se les regatea, no solo no han sido tomados en cuenta para recibir el beneficio de su jubilación o pensión, sino su situación se ha agravado cuando quienes manejan, controlan y dizque administran el DIPETRE, que son puros de la Sección 38 del SNTE, toman decisiones unilaterales, de si bien no se les toma en cuenta para ser jubilados o pensionados, se ha agravado, pues los líderes de la Sección 38 del SNTE conforme a la directiva que ha estado permanentemente en el poder, además de desaparecer cientos de millones de pesos, han impuesto improcedente e injustamente más cuotas a los de la NARRO como es el de pagar hasta por recibir cualquier servicio médico y cubrir el diez por ciento del costo de los medicamentos prescriptos por los facultativos de ese servicio médico.

Las siempre víctimas del DEPRITE o sean los catedráticos y manuales de la Antonio Narro, han puesto su confianza en manos de los diputados locales de la actual legislatura que encabeza como Presidente de la Junta de Gobierno del Congreso del Estado, el ingeniero y diputado, José María Fraustro Siller, esperando se sometan a consideración las reformas solicitadas para impedir más vejaciones y barreras en sus jubilación y pensión.

Públicamente se ha reconocido no solo la quiebra del Seguro Médico Magisterial y preferentemente de los dineros que por años ha manejado la Dirección de Pensiones de los Trabajadores de Educación Pública, DIPETRE, sino que la misma titularidad de la Auditoria Superior del Estado, en varias ocasiones ha dicho públicamente que al margen del desorden financiero de esa Dirección que más que “administrar” las cuotas de los jubilados y pensionados, los “desaparecieron”, sinónimo que da el Auditor Superior del Estado, Armando Plata, al quebrando económico del tan mencionado Fondo, que no es otra cosa que el manoteo, esquilmada y robadera de cientos de millones de pesos, cuyos responsables tienen nombre y apellido.

El reclamo de estos académicos y trabajadores de la NARRO, lo ha repetido al cansancio la líder de uno de los Sindicatos, Roxana Cuevas, solo es hacer justicia a quienes por largos años estuvieron aportando religiosamente sus cuotas, que es inhumano ahora se les niegue con argucias y mentiras que solo conducen a un solo grito: Derecho a la justicia social de lo mucho que aportaron y que ahora se les niega. (www.intersip.org)