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Carlos Robles

Es un simple títere

MI COLUMNA

Es un simple títere

Por Carlos Robles Nava

Por más que se niegue y mientras se sostenga su imagen oficialista, las Auditorias Superiores de los Estados, al menos nos referimos a la de Coahuila, serán títeres y monigotes manejables por los gobiernos en vigencia.

Mientras sigan surgiendo leyes o reglamentos “chimuelos”, es decir, sin facultades no solo de ser más drásticos y enérgicos, sino que también tengan las facultades de multar económicamente, las tropelías cometidas por las autoridades municipales serán por siempre.

La figura de Auditoria Superior del Estado, sino mal recuerdo, nació en la administración como gobernador de José de las Fuentes Rodríguez y la designación de su primer titular la hizo directamente el ejecutivo estatal y para que no hubiese duda de ello, se instituyó oficialmente su oficina en un espacio dentro del edificio de la Tesorería del Estado.

De conformidad a lo declarado por el actual Auditor Superior del Estado, Armando Plata Sandoval, en la revisión de las cuentas públicas de los 38 municipios de Coahuila, se encontraron gastos por un total de dos mil millones de pesos sin solventarse lo que quiere decir que por lo pronto no se encontró soporte para justificar ese millonario faltante.

Esto después de depurarse y comprobarse originalmente el gasto de ocho mil 852 millones de pesos, quedando al final sin justificación los dos mil millones de pesos y conforme a las facultades que la ley otorga a la Auditoria, todavía se da un plazo de “gracia” de 90 días a los municipios o dependencias que no pudieron comprobar en que se destinó el dinero.

Lo peor del caso es que dicho por el mismo Armando Plata Sandoval, quienes incumplan serán turnados a los órganos internos de control para que apliquen las respectivas sanciones o en todo caso, presentar denuncia penal ante la Procuraduría Estatal, en donde no hay que preguntar demasiado, “dormirán el sueño de los justos” esas denuncias.

Solo una muestra de esa protección entre el “grupo” o “pandilla”, hace nueve años, justo en el 2007 la Auditoria Superior del Estado, presentó 60 denuncias penales y vistas a la Procuraduría sobre desfalcos, faltantes o como se le quiera llamar cuando no se tienen elementos para justificar el gasto hecho con dinero público.

Al menos a saber, hasta la fecha se desconoce el estatus de esas 60 denuncias que damos por hecho que todo quedo entre “amigos” o cómplices, pues es la costumbre de nuestros gobiernos.

Plata Sandoval, se lava las manos y en eso tiene toda la razón, no le compete a su oficina aplicar las sanciones que establece en estos casos la Ley de Responsabilidades para los Servidores Públicos.

Esto mismo sucede con lo de las empresas “fantasmas” que públicamente se hizo saber cobraron millones de pesos y si bien es cierto que existen facturas, los domicilios y otros datos fiscales nadie los conoce.

Mucho beneficio sería en darle o ponerle dientes a la Auditoria Superior del Estado, para que deje de ser un simple títere si es que en verdad queremos cuentas claras y justicia para castigar los excesos que en este caso es la corrupción por falta de una verdadera actuación. (www.intersip.org)