Mi Columna
¿ Y México cómo anda?
Por Carlos Robles Nava
Uno de cada seis estadounidense sufre de enfermedades debido a productos alimenticios condimentados y para combatir este mal, la Food and Drug Administration, FDA, que es la dependencia responsable de la regulación de alimentos y tabacos en el vecino país del Norte, se ha impuesto el reto de evitar la presencia de nuevas infecciones por alimentos.
A partir del 2016, la FDA está trabajando a través de la Ley de Modernización de la Inocuidad Alimentaria que impactará a socios comerciales de México y los Estados Unidos, como fue el hecho de que en nuestro país el año antepasado exporto 21 mil millones de dólares en productos agrícolas.
Esta es la primera gran modificación a las regulaciones sobre seguridad alimentaria en los Estados Unidos desde l938 y hasta antes de esa fecha la aparición de una bacteria que costo once mil millones de dólares en valor de mercado a la cadena “El Chipotle” que se le veía como un serio competidor de Mc Donald’s en el mercado de comida rápida en los Estados Unidos.
El brote dejó 500 personas enfermas, a la compañía “El Chipotle” con problemas serios para recuperar a sus clientes y una investigación de la FDA.
Para evitar problemas similares, la Food and Drug Administration, ha implementado una serie de recomendaciones y medidas estrictas que han motivado la creación de una cultura que se ha instituido como para que no vuelva a suceder situación parecida.
Las principales medidas son comprobar la higiene del agua y del personal que maneja los alimentos, así como el análisis de posibles riesgos imponiendo esas obligaciones a cien mil exportadores mexicanos.
Si bien es cierto que estas medidas higiénicas se han impuesto a los exportadores mexicanos de productos agrícolas, la pregunta es si localmente, es decir, aquí en México se exige a nuestros productores agrícolas que proveen de sus artículos a la industria nacional lo mismo como es el caso de quienes los mandan a los Estados Unidos.
Por años, el Estado de Irapuato ha sido el productor más fuerte de fresa en México, aunque su cultivo está basado en aguas negras o residuales de distintas poblaciones de esa Entidad, rechazando los compradores de las tierras del Tío Sam la compra de esas frutas precisamente por su riego con aguas insalubres.
Aquí en México, eso no cuenta y por tanto, esas sabrosas y apetitosas fresas cultivadas con aguas de desecho comunitario sirven para el cultivo no solo de ese fruto, sino de otras legumbres y no hay autoridad que lo impida, probablemente porque ya nos acostumbramos o se nos ha hecho normal que las aguas residuales se aproveche en esos cultivos.
Las aguas negras usadas en cultivos agrícolas, han sido retiradas poco a poco en diferentes poblaciones de México, aunque no del todo, pues nuestras autoridades anteponen en perjuicio económico que se causaría a esas comunidades si se les impide la única actividad con la que logran sobrevivir aunque se exponga la salud de miles y hasta millones de connacionales ante quien llegan esos productos que si bien es cierto que están muy sabrosos, no podemos ocultar de tipo de aguas con que son cultivadas. (www.intersip.org)