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Carlos Robles

¿La más insegura?

El descenso en las actividades delictivas de que tanto pregona y alardea el ayuntamiento de Saltillo, figura solo en los discursos políticos, al menos por los hechos y el número de latrocinios cometidos en este ya agonizante año, no hay duda de que la publicidad del primer informe de gobierno del Edil, Isidro López Villarreal, en el sentido de que la inseguridad ha bajado un 17 por ciento, no solo es un buen deseo, sino es una total y vil mentira a la ciudadanía que a diario vive con el “Jesús en la boca” por la desatada ola de robos y hechos delictivos que fueron registrándose en el curso del 2014.

Mi Columna

¿La más insegura?

Por Carlos Robles Nava

¿La ciudad coahuilense más insegura durante el 2014?: Claro que es Saltillo.

El descenso en las actividades delictivas de que tanto pregona y alardea el ayuntamiento de Saltillo, figura solo en los discursos políticos, al menos por los hechos y el número de latrocinios cometidos en este ya agonizante año, no hay duda de que la publicidad del primer informe de gobierno del Edil, Isidro López Villarreal, en el sentido de que la inseguridad ha bajado un 17 por ciento, no solo es un buen deseo, sino es una total y vil mentira a la ciudadanía que a diario vive con el “Jesús en la boca” por la desatada ola de robos y hechos delictivos que fueron registrándose en el curso del 2014.

El mejor termómetro o evaluación es indiscutiblemente el de la gente de cada población que es la que padece las malas administraciones municipales, siendo más que suficiente con realizar un censo en personas de los distintos rumbos de la ciudad capital coahuilense para que exprese su convicción de que de las 38 cabeceras municipales de la Entidad, la más insegura, ¡ claro que es Saltillo!.

La impunidad que han encontrado o se está brindando a las bandas de rateros, es tal grado que los robos se cometen, ya no con armas de fuego, sino sin éstas o sea a “mano limpia” y amenazando con simples cuchillos o a gritos, aprovechando los maleantes la psicosis de los cajeros y empleados de a cuanto negocio llegan los rateros y en la forma más sencilla vacían las cajas para llevarse el dinero no solo de los comercios, sino de hasta clientes que sin deberla ni temerla, son igual desvalijado de sus celulares, carteras, dinero en efectivo, tarjetas bancarias, etc.

Los asaltos a restaurantes se han incrementado, asegurado esto por los propios dirigentes de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera, en Saltillo, Alberto Salinas de la Fuente e igualmente por los propios Presidentes del comercio organizado, a través de la Cámara local, Alejandro Pepi y de la Federación Estatal de Cámaras de Comercio en Coahuila, Raúl González, González, señalando que Saltillo en el contexto estatal, es la ciudad que más reciente continuos y constante robos.

La situación se agrava ante la impotencia de las fuerzas policiacas, lo que es aprovechado por los rateros que como bien o mal se dice, se “sirven con la cuchara grande”, pues saben que han rebasado a los policías, mientras las autoridades locales se cruzan de brazos y esperan paciente e ingenuamente que por sí sola desaparezca esta intensa actividad delictiva.

Prácticamente, las bandas delictivas le tienen tomada la medida a la policía, para expresar de alguna manera que roban sin problemas y con la tranquilidad de que las tácticas implementadas por la policía municipal saltillense solo han servido para una cosa y que es para: Nada.

Las reuniones de los líderes de los restauranteros, así como de los comerciantes organizados, se han repetido en las últimas semanas, ante el Alcalde, Isidro López Villarreal, cuyo único planteamiento y “ofrecimiento” que hace es “hay que esperar que egresen nuevos agentes policiacos” y mientras esa espera se alarga, igual crece la ola de asaltos y robos no solo a comercios en general, sino a viviendas.

Hablar y asegurar que en Saltillo, la delincuencia va para atrás y que en este 2014 bajó un 17 por ciento, es no solo ofender, sino burlarse de la inteligencia de los saltillenses que a diario viven la pesadilla de como con toda tranquilidad los rateros roban diariamente donde más les place, con y sin rondines policiacos.

Ocultar oficialmente que las tácticas y sistemas de vigilancia de la policía saltillense no han sido las adecuadas, muestra y comprueba la inutilidad de sus jefes inmediatos.(www.intersip.org)