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Carlos Robles

Son marrulleros

Dicen, por cierto muy bien, que por unos cuantos la llevan todos y ese es el caso de la fama bien o mal ganada que por años se les ha adjudicado a los choferes de taxis, no solo de Saltillo, sino igual de Torreón, Monclova, Piedras y otras ciudades, al menos de Coahuila, que prestan ese servicio de transporte público urbano de pasajeros.

Mi Columna

Son marrulleros

Por Carlos Robles Nava

Dicen, por cierto muy bien, que por unos cuantos la llevan todos y ese es el caso de la fama bien o mal ganada que por años se les ha adjudicado a los choferes de taxis, no solo de Saltillo, sino igual de Torreón, Monclova, Piedras y otras ciudades, al menos de Coahuila, que prestan ese servicio de transporte público urbano de pasajeros.

El uso oficial de taxímetros en la ciudad capital Coahuilense, a partir del primero de febrero de este año, ha sido violado de distintas formas, pero siempre en perjuicio del usuario que ya por muchísimos años ha vivido el cautiverio de los taxistas al cobrar abusivamente los “viajes” y no respetar la dizque lista de precios aprobada por los propios taxistas y las autoridades municipales, evadiendo con mentiras y otras argucias no llevar o poner a la vista del pasajero esa tan mencionada lista que jamás se vio físicamente.

Uno, entre muchos de los cobros arbitrarios y abusones que eternamente se le ha señala a los taxistas son los viajes de la central camionera al centro de la ciudad, que en promedio rondaban entre 70 y 80 pesos, así como los viajes dentro del llamado primer cuadro de la ciudad.

Por desgracia y como ocurre en otras muchas circunstancias en nuestro México, los fregados o mal llamados jodidos, han sido eternamente los más dañados con esos abusos de buena parte de taxistas, particularmente los fines de semana, ensañándose con grupos de chavales que al salir del antro o pachanga a que asistieron se reunían en grupos de cuatro y hasta cinco, para “hechos bola” pedir un viaje al taxista quien con todo descaro les cobraba por persona, en promedio 30 por cada uno lo que resultaba el viaje en 120 o 150 pesos, cuando por muy retirado que fueran llevados todos a un solo punto de destino, no superaba los 70 u 80 pesos.

Hay mucho de que hablar sobre las triquiñuelas que por años y hasta ahora han cometido muchos de los taxistas, marrullerías que se repiten ahora que el 85 por ciento de los coches usados en el transporte público urbano de pasajeros trae ya instalado su taxímetro, cuyo uso después de algunas prórrogas se dispuso fuese a partir del domingo primero de febrero.

A cuatro días de que en Saltillo se pusieron en servicio los taxímetros, los abusos y robos, porque no puede calificarse de otra manera lo cometido por los choferes de ese servicio, van a la alza, inconformidades que los usuarios reportan a las autoridades locales, ignorándose el porque no actúan.

Son más los que reconocen al Edil, Isidro López Villarreal, haber dispuesto la instalación y uso de los taxímetros, que los que por intereses personales, no lo hacen.

Para entender claramente de los beneficios del uso de los taxímetros, solo hay que saber que lo que antes costaba 30 pesos, que era la cuota mínima en el primer cuadro de la ciudad, ahora representa solo un gasto de 20 pesos para cualquier usuario, pero siempre y cuando se ponga en funcionamiento el taxímetro.

En otros muchos recorridos, gracias al taxímetro, el pasajero se está ahorrando desde 30, 40 y hasta 50 pesos, los que anteriormente pagaba de más por los voraces y abusivos cobros al usuario, pero, insistimos, siempre y cuando el chofer ponga en servicio el taxímetro y en caso de no hacerlo, existen dos camino, no abordarlo y si ya lo hizo bájese, tome la matrícula de las placas del mismo y denúncielo, pero por su propio beneficio, hágalo, porque será la única forma en que se logre imponer una medida que varios alcaldes del pasado quisieron imponer o establecer y les faltó lo que “me sobra a mí”, diría el canta-autor Juan Gabriel y se dejaron envolver o llevar con argumentos falsos de los taxistas.

Así como aquí en esta columna hemos hablado de lo marrullero que son muchos taxistas, también queremos reconocer que los hay “derechos” y honestos que han sido justos en sus cobres, pero los avorazados y lanzas son quienes motivan una fama, desgraciadamente bien ganada. (www.intersip.org)