Uno de los múltiples dilemas que tiene la Reforma Educativa, entre otros, es el famoso pago de cuotas a las Sociedades de Padres de Familia, rechazo que podemos ver como normal ante la tradición de que toda imposición encuentra muros y murallas entre la población que tiene que cumplir con esas obligaciones siendo el caso lo de las famosas cuotas mensuales o anuales que por años han cobrado, legal o ilegalmente, los directivos de los organismos de madres y padres de familia.
Mi Columna
Claman y nadie los oye
Por Carlos Robles Nava
Uno de los múltiples dilemas que tiene la Reforma Educativa, entre otros, es el famoso pago de cuotas a las Sociedades de Padres de Familia, rechazo que podemos ver como normal ante la tradición de que toda imposición encuentra muros y murallas entre la población que tiene que cumplir con esas obligaciones siendo el caso lo de las famosas cuotas mensuales o anuales que por años han cobrado, legal o ilegalmente, los directivos de los organismos de madres y padres de familia.
Nuestra Constitución dice claramente que la educación es gratuita, lo que es cierto, si lo vemos desde el punto de vista de conveniencia porque los gobiernos sostienen y no niegan el derecho de acceso a todos los mexicanos de que efectivamente la educación es y debe ser totalmente sin costo para las hijas e hijos de las mamás y papás.
Los gobiernos están en lo cierto al verlo desde su punto de vista de que el área académica es decir las plazas magisteriales que a nivel nacional representa varios cientos de miles de millones de pesos, se pagan de los impuestos de todo, haciéndose hasta el reciente pasado vía Estados que recibían el dinero de la Federación, pero con la Reforma Educativa y a consecuencia de desviaciones, malas canalizaciones de esos miles de millones de pesos en que se presentó entre algunas Secretarías Estatales de Finanza, en diversos casos y ocasiones metieron a sudar intereses aunque fuese unos pocos días al dineral remitido por la Federación, las reglas se cambiaron y el gobierno central decidió, por cierto acertadamente, “yo papá gobierno, pagará directamente a los profetas”.
Al apartar o hacer a un lado de ese dinero las manos de los Estados, se acabaron canonjías y abusos de gobiernos estatales que por decenas de años estuvieron “acalambrados” o al servicio de lo que decidieran los líderes sindicales, no solo de la famosa Coordinadora, sino del propio y eterno Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, de donde se servían con la cuchara grande no en las épocas de doña Esther Gordillo Morales, sino desde antes de ser el líder del magisterio nacional, el maestro potosino, Carlos Jonguitud Barrios y la hasta ahora privada de su libertad, profesora Gordillo, tenían manos libres que permitió que el SNTE y su remedo la Coordinadora que controla algunas entidades del Sur de la República, se convirtieran en monstruos que en el presente el gobierno federal quiere quitarse, pero se convirtieron no en sanguijuelas, sino en garrapatas pegadas al ubre gubernamental con difícil salida, al menos por ahora.
Retornando al cobro de las famosas y tradicionales cuotas de padres de familia, en parte tienen razón de ser, muy a pesar de la oposición de padres de familia argumentando la pobreza y otros razonamientos.
Las cuestionadas cuotas de las sociedades de padres de familia son para disponer de distintos servicios que no están contemplados en el reconocido y famoso Artículo Tercero Constitucional de que la educación es gratuita, pues por distintas situaciones nuestros constituyentes no contemplaron que un edificio escolar requiere, obliga y exige limpieza, mantenimiento y personal que vigile el buen uso.
Se cuenta con los dedos de una sola mano aquellas escuelas que en sus nóminas haya conserjes o intendentes, por tanto, las tan llevadas y traídas cuotas tan combatidas, son precisamente para cubrir lo que no es meramente educación que si bien forman parte del paquete, la Constitución es clara en el sentido de que la educación es gratuita.
En mis tiempos, los gobiernos de hace 60 y más años, no editaban ni repartían sin costo alguno los libros de texto educativo, las clases estaban basadas en lo que explicaba y mostraba la maestra que en general fue el género femenino el más predominante en el magisterio.
La Unión Nacional de Padres de Familia, hizo un llamado esta semana a la Secretaría Federal de Educación Pública, para que vigile e impida la exigencia del pago de cuotas escolares, pues siguen cobrándose en varios planteles, incluyéndose a centros educativos de Coahuila. (www.intersip.org)