Como en otras muchas reformas o nuevas leyes promulgadas y puestas en vigencia en México, la tan cuestionada y tan cacareada reforma hacendaria 2015, a resultado un tormento para un gran sector de causantes cautivos o llamados “los de siempre”, mientras que para otros ha sido toda una “bendición”, permitiéndoles no solo evadir impuestos, sino engañar con el dizque envío por internet de la tan discutidas y peleadas facturas por quienes deducen gastos en sus impuestos y que jamás llegan, lo que significan ventas no reportadas a Hacienda y quedarse con el famoso IVA que cuando se pide factura.
Les llegó de “pechito”
Mi Columna
Por Carlos Robles Nava
Como en otras muchas reformas o nuevas leyes promulgadas y puestas en vigencia en México, la tan cuestionada y tan cacareada reforma hacendaria 2015, a resultado un tormento para un gran sector de causantes cautivos o llamados “los de siempre”, mientras que para otros ha sido toda una “bendición”, permitiéndoles no solo evadir impuestos, sino engañar con el dizque envío por internet de la tan discutidas y peleadas facturas por quienes deducen gastos en sus impuestos y que jamás llegan, lo que significan ventas no reportadas a Hacienda y quedarse con el famoso IVA que cuando se pide factura, es condicionada con la recurrente frase de “con todo gusto, pero me tiene que dar el equivalente del Impuesto al Valor Agregado”.
Aunque los principales organismos que agrupan a los sectores empresariales de diferentes actividades como las Cámaras de la Industria de Transformación, la de Comercio, de la Construcción, Hoteles y Moteles, Restaurantera y otras más, han elevado su malestar e inconformidad no solo por las altas tasas fiscales que tienen que pagar como sociedades anónimas y las personas físicas con actividad empresarial, hasta el momento no han encontrado eco en sus reclamos por lo injusta y disparada nueva ley fiscal que contrariamente a lo que dice el titular de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray, será la “ley maestra” para dar una fuerte sacudida a la economía nacional y tengan mayor movimiento de ventas los comerciantes, industriales, ganaderos, agricultores y todo aquel que produzca y venda algún producto.
A esta política fiscal favorable para un gran sector, particularmente el informal, así como el pequeño y mediano en donde se ha hecho normal no dar factura en las compras, hay que agregar que Hacienda fue hecha exclusivamente para recaudar y exigir que lo haga quien con una serie de artimañas no lo hacen, no cuenta con inspectores, dejándoles esa obligación a las Secretarías de Finanzas de los Estados en el país, otorgándoles un mísero porcentaje por cada peso recaudado o rescatado, siendo tan insignificante y miserable la oferta de la Federación, que las Entidades por incosteable han hecho a un lado los famosos convenios de coordinación que faculta a las Secretarías de Finanzas hacer el trabajo de “Lolita” o sea Hacienda.
Cuando un consumidor es objeto de una triquiñuela como la de condicionar pagar el IVA para recibir una factura vía internet y jamás llega, al llegar a las oficinas de Hacienda o SAT, que para el caso es lo mismo, sin tapujo alguno se le responde que no es esa dependencia la encargada de atender y recibir la queja y el causante inconforme es canalizado a las Delegaciones Federales del Consumidor, que originalmente fueron instituidas hace ya 40 años en todo el país para atender las quejas y violaciones que se comete a los consumidores en compra de algún producto o en la prestación de un servicio.
Es un hecho innegable que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, se creó para extender la mano y llegar hasta la amenaza cuando no se cumple en tiempo y forma el cumplimiento de las obligaciones fiscales, fugándose miles de millones de pesos al no realizar inspecciones de campo o sea directamente en los comercios, industrias, etc., para constatar quien o quienes no cumplen con el pago de impuestos.
Existen quejas de consumidores que a partir de este 2015 están siendo engañados con el cuento de que la factura ya no se da personalmente, sino que se envía al correo electrónico que indique el consumidor.
Al menos esto se desprende de clientes asiduos a negocios, como ejemplo, en Saltillo, el nuevo restaurante “El Costeñito” frente a Rectoría de la UAdeC, por bulevar Venustiano Carranza que cobran bien, pero no remiten dizque por internet las facturas o bien, igual en la capital coahuilense, en el llamado “Don Tiburcio” en el bulevar José Mussa, abierto hace más de 5 años, mismos que no dan factura porque sus dueños “trabajan en la Secretaría de Finanza de Coahuila”.
Otra de las quejas constantes es de consumidores monclovenses, pues la “cadena” Tacos Lira, tampoco extiende factura por consumo y cuando se pide no engañan, roban lo que piden de IVA condición irrestricta para extender comprobante fiscal y, menos lo envía por internet.
En total, nuestras autoridades hacendarias pierden los pesos por cuidar los centavitos que pueden gastar en realizar inspecciones periódicas a todo tipo de comercio.(www.intersip.org)
